UN TEXTO DE ANTONIO GALA SOBRE EL OLIVO


Acuarela de Juan Valdivia



[De Auto del Santo Reino]

Soy el olivo. Os contaré mi historia, escrita a mano. Menuda y esencial como mi fruto. De mi sale el aceite que unge a los reyes y consagra al orbe. El crisma que os blanquea, y suaviza el pecado de Adán, el primer padre. El que os clausura todos los sentidos cuando os cruza las manos, los pies, los ojos, la boca, los oídos; cuando os quedáis ya solos, de retorno a la entraña de todos los altares. De mis ramas, los ramos de la paz; las coronas que adornan las victorias. Hojas mías llevó al volver el Arca la paloma en su pico…Por mi tronco corrió sudor de sangre una noche de Jueves, en vísperas de un crimen en que todos estabais complicados…Por mi madera arriba la historia de mil años se retuerce y jadea…Comulgadme. Comedme en la aceituna. Yo os empaparé el pan con un óleo eterno…
Me plantó este pueblo, que va y que viene y es el mismo siempre. Bastetanos, túrdulos, oretanos…Cuántos nombres para decir lo mismo…Celtas, bástulos, tartesios, fenicios, griegos…Todos son sólo un pueblo: el mío. Reconozco sus ojos calientes, su boca de hablar azucarado, su paso pensativo, sus maneras de reyes en exilio…Les devuelvo cada año la vida que me dieron. Me cortaron; me alzaron como se alza una cruz; binaron y cavaron mi arregosto; me ataron y me desvaretaron para que me elevase rectamente; cuidaron mis entornos con la grada; terciaron nueva cuna; bajo mis pies, los suelos de septiembre…Soy un hijo del pueblo. Para su invierno dispongo mis olivas, y él, confiado, dispone sus espuertas y varas. A sus golpes, respondo con mi fruta: Esa lluvia redonda y milagrosa que repica y que canta…Soy un árbol de paz.
Sin embargo, cien veces me asolaron, cien veces renací. Me incendiaron mil manos, otras dos mil cogieron el fruto de mis ramas. Soy inmortal, como este pueblo cuya historia es la mía: una historia tenaz de siempreviva, de hoja perenne, escrita poco a poco –a mano se cosecha la aceituna- sobre ese mármol cotidiano que es la cal blanca de estos pueblos míos…

Antonio Gala, Cuatro conmemoraciones. Eterno Tuy. Auto del Santo Reino. Oratorio de Fuenterrabía. Retablo de Santa Teresa. Ed. Adra. 1976.