FIRMA INVITADA: ROGELIO CHICHARRO CHAMORRO

El habla en Baeza

El habla de Baeza, que por razones históricas y geográficas evidentes, pertenece al habla de Andalucía oriental, con la que comparte algunos rasgos fonéticos esenciales, posee además algunos rasgos y usos particulares –fonéticos, léxicos y sintácticos- que señalo a continuación.

Rasgos y usos particulares

Entre los principales fenómenos fonéticos está el debilitamiento de la –s final de sílaba que provoca la abertura de la vocal, de manera que en Baeza, la distinción de número, singular-plural, la hacemos sin pronunciar la consonante /s/ (perro, singular y perro con o abierta para el plural). De igual manera articulamos la /s/ entre los incisivos superiores y los alvéolos, con la lengua plana, la llamada /s/ coronal. Otra característica compartida también con zonas de Granada, Almería y Jaén es la pronunciación tensa del fonema /j/, frente a la suave aspiración que se produce en la mayor parte de Andalucía (“bajo” frente a baho). Esa pronunciación faríngea es la que ha provocado el conocido apelativo de Jaén como “tierra del ronquido”. Como la mayoría ya de los hispanohablantes, somos yeístas, reducimos la /ll/ y la /y/ a un solo sonido la /y/ (caye). También aspiramos ligeramente la –s final de sílaba (espejo-ehpejo) e incluso ante /p, t, k/ se asimila produciendo una consonante geminada (mosca-mokka, listo-litto). Las consonantes finales de palabra no las pronunciamos (Madrí) y confundimos /r/ y /l/ finales de sílaba (arcarde). Preferimos el diminutivo –ico, pequeñico, a los demás. Todos estos fenómenos son prácticamente generales en toda la sociedad baezana.

Vulgarismos

A veces encontramos algunos vulgarismos que no son exclusivos de nuestro pueblo, sino compartidos otros muchos hablantes de nuestro país, como la pérdida de la –d- en los participios llegao, comío, etc.; la utilización del infinitivo por el imperativo (callar por callad); el empleo de andé por anduve; riyera por riera; contra más por cuanto más; delante mía por delante de mi; se ha puesto nublo por se ha puesto nublado. E incluso algunos vulgarismos rústicos especialmente rechazables como endisión, sotea, morragia, letresidá, medesina, agüelo, mandígula, gutifarra, veros (íos), me se ha caío, voy a su casa de mi primo, etcétera.

El seseo baezano

Mención aparte merece el seseo baezano por varias razones, la primera porque se trata de un fenómeno que no se da en ningún pueblo cercano, un islote en una zona distinguidora, y que ha sido, por tanto, una seña distintiva en nuestro entorno; por otra parte, se ha tratado siempre de una cuestión sociocultural, es decir, el seseo ha perdurado fundamentalmente entre los grupos sociales con menor instrucción escolar, en los que los hijos pronto se incorporaban al trabajo de los padres, especialmente labradores y oficios artesanales, y la tercera cuestión es la constatación de su mínima pervivencia, hoy reducida a personas mayores de escasa formación, pues de unos años para acá, la alfabetización generalizada, la notable influencia de los medios de comunicación, así como un contexto de hablantes distinguidores junto al prestigio social de los mismos, ha hecho casi desaparecer el fenómeno. Hay que tener en cuenta que la articulación baezana produce un efecto acústico bastante tosco, pues aunque pertenece a la coronal plana del oriente andaluz, su articulación ofrece una variación convexa que le confiere su sonido tan marcado y característico.
Es probable que estemos asistiendo al final de la confusión entre s y z en Baeza, un fenómeno surgido con posterioridad al siglo XVII y que, junto al de Torredelcampo, sería el único caso en la provincia de Jaén que no nació por influencia de Sevilla sino autónomamente. El resto de pueblos seseantes de Jaén se sitúan siempre próximos o en la margen misma del río Guadalquivir: Andújar, Marmolejo, Arjona, Cazalilla, Bailén o Jabalquinto.

Algunas palabras representativas

Algunos fenómenos fonéticos y morfológicos producen cambios en la forma de algunas palabras muy utilizadas en el habla de Baeza, siempre en un estrato coloquial o vulgar, pero que por su prevalencia actual, resultan muy representativas, y seguro reconocidas por la mayoría; así por ejemplo ciertos cambios en el vocalismo (asimilación, disimilación, etc.) nos dan usos como nus o sus por nos y os, asibuche ‘acebuche’, senaoria ‘zanahoria’, vedriao ‘vidriado’, monesiyo ‘monaguillo’, asentarse ‘sentarse’, lasena ‘alacena’, maná ‘manada’, albaca ‘albahaca’.
Pérdidas consonánticas como asaúra ‘asadura’, laero ‘ladero’, onde ‘adonde’, humarea ‘humareda’, roal ‘rodal’, etcétera.
Otros muchos términos están bastante generalizados entre todos los hablantes de Baeza, y no sólo se emplean en el estrato vulgar, muchos de ellos son compartidos con localidades próximas y otros se pueden considerar propiamente como localismos.
En general el habla de Baeza tiene un tono muy expresivo, que es el que domina mayoritariamente en las hablas de Andalucía, sobre todo en el uso de algunos sufijos aumentativos y despectivos (hosicón, soletón, viejarranco, huesarrón, huesarráncano, gordoncho, etc.).
Otras muchas palabras de uso frecuente en diferentes niveles, donde se dan algunos de los fenómenos fonéticos indicados, son alcarrosas ‘carrozas’, ochíos, estudiantas, retembrío, palancana, alcarsiles, ‘alcauciles’, ligá, manío, ablentar, ‘aventar’, enfollinao, chuminoso, emborricao, esollao, rabalero, varracá, sangalitrón, saleo, lavística, terrerío, maretaso, charranás, tabardillo, arrulaero, manoyerro, risión, macana, emborrizar, pirriaque, curcusilla, mosico, espernible, churretero, etcétera.

ROGELIO CHICHARRO
Baeza Actualidad, 9 de noviembre de 2010
http://www.baezaactualidad.es/?p=388